sábado, 25 de diciembre de 2010

Edredón de Patchwork






En una cajita a lo largo de toda su vida, había guardado trocitos de tela de todas las formas y colores. De formas diferentes y de todo tipo de texturas. Sin saber muy bien que haría el día de mañana con todos aquellos trozos de tela, pero sabía que para algo servirían en un futuro.

Cada día abría la cajita y contaba los trocitos que allí iba amontonando. Algunos trozos los guardaba sin motivo, otros sin embargo por la inercia de guardarlos y otros porque le parecían realmente especiales. Unos llevaban dibujos de corazones, osos, llaves o árboles. Otros eran rayados, difusos o parecían de un color pero eran realmente de otro. No, no era daltónica simplemente los veía del color que le apetecía según el momento.

Al pasar los años, cuando tenía muchisimos trocitos en aquella caja dijo : -¡Algo tengo que hacer con ellos, no voy a seguir amontonándolos toda la vida! ¡la caja está demasiado llena!.
Entonces, con gran euforia y con una fuerza desatada en su interior vació de golpe toda la caja encima de un sofá viejo de color verde aceituna que tenía en su salón. Seleccionó los trozos más bonitos, los que más le gustaban y esos los puso en un gran montón. Se deshizo de aquellos trozos más feos o que menos le gustaban. Algunos de esos trozos ni siquiera sabía porque los había guardado. ¿Sería por la obsesión de guardar por guardar?, ni siquiera lo tenía claro.

Entonces, sacó una enorme aguja y enhebró el hilo con mucho cuidado. Aún así se pinchó con la aguja porque la impaciencia no le dejaba controlar su pulso. Cuando se hubo curado la herida, comenzó a coser un trozo junto al otro. Algunos no cuadraban pero si el trocito era importante conseguía cuadrarlo. Sin embargo, otros que le parecían bellos se dio cuenta que no cuadraban en el trabajo que estaba haciendo, así que simplemente lo apartaba a un lado.

Cuando terminó de unir todos los trocitos, observó con orgullo su trabajo. Había hecho un gran edredón. ¡ Qué bonito había quedado ! Se fue al dormitorio y lo colocó en su cama. Al acostarse, cada noche sentía el calor de aquel edredón que le hacía sentirse como una crisálida de mariposa.

Cada noche al acostarse, agradece a todos aquellos que le dieron un trocito de tela que formaba aquel edredón.


"Los amigos que tienes y cuya amistad ya has puesto a prueba, engánchalos a tu alma con ganchos de acero. William Shakespeare".

Hanna.

2 comentarios:

  1. He tardado un pokito ,pero ya estoy aqui...
    Si hay algo importante en esta vida es saber apreciar lo bueno de lo excelente, el verdadero cariño del interes, y ser capaz de hacerles sentir como esos amigos te ahcen sentir a ti ...
    Me alegro de tener un huequito en ese edredón.
    Un besito muy gordo y seguire aportando dibujitos al edredón de tu vida.
    Feliz año nuevo, espero que te depare cosas buenas... ;)

    ResponderEliminar
  2. Ya te dije que me habias emocionado con tu comentario, pero me gustaria decirte además que tu eres un trocito de ese edredón. Que aunque no compartamos juntas muchas cosas, sé que estas ahi y que me encantan tus dibujos en mi edredón y que sigas aportandolos son muy bonitos y calentitos.
    Un besote muy gordo para ti tambien y que este 2011, sea nuestro año!!

    ResponderEliminar