martes, 11 de octubre de 2011

Encarcelad@s o libres...




"No quiero ser tu cárcel, eso nunca.
Prefiero ser espada roma en medio de la batalla; ser la página rota emborronada en lágrimas.
Sombra de la sombra de la sombra de tu sombrero. Colilla, cenicero descascado, perro flaco, eso prefiero
a llave de la puerta de la casa tu banquero, camarero en chiringuito de verano en playa pija, eso prefiero
eso prefiero ser antes que tu carcelero. 
 Eso prefiero.."

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Llevaba una ligera cadena colgada en su cuello. En ella llevaba las llaves de la jaula pero además encerraban todo el amor que sentía por él, y descansaban en su pecho balanceándose a cada paso que daba, tintineando como un dulce cascabel. Deseaba llegar a casa y oírlo silbar.Disfrutaba alimentándolo, cuidándolo, mimándolo. Sólo vivía para su prisionero. Se pasaban horas el uno con el otro, separados por unos barrotes de forja que habían sido trabajados con gran tesón. Ella descuidaba sus amistades porque solo estaba pendiente de su prisionero. No atendía a sus obligaciones, apenas comía.....en fin,  en el fondo aunque era libre, también era presa de aquella situación. 
Un atardecer, su prisionero le rogó libertad. Quería ser libre, poder volar sintiendo el aire fresco de la mañana en su cara. La chica quedo destrozada por aquella solicitud, pero fríamente pensó y llegó a la conclusión que debía abrirle la puerta y dejarlo volar, porque a ella le importaba mucho que fuese feliz y si eso le iba a dar la felicidad a su prisionero, así sería. 
Abrió la puerta, él salió despacio y con temor. Se despidió de ella y echó a volar. Dio una vuelta por la pequeña habitación y seguidamente se lanzó por la ventana. 
Cada noche, ella dejaba abierta la ventana de la habitación por si decidía volver. Una noche de otoño, el pajarillo entró por la ventana mientras ella dormía y le acarició con el pico la mejilla. Lo hacia cada noche de otoño, necesitaba saber que ella estaba bien sin él. 
Ella lo echaba mucho de menos, pero se sentía bien al saber que había hecho lo correcto.


Si alguien dice quererte con locura, te dejará en libertad y si algún día decide regresar sabrás si lo querías tanto como decías.

Hanna

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