...Ella era mucho mayor que él, aunque físicamente no se notara a simple vista, ya que era una mujer que se preocupaba mucho de su aspecto exterior ya que pensaba que las primeras impresiones que causamos en la gente son importantes y si alguien la conocía como una mujer sexi, perfectamente maquillada y bien vestida, esa sería la primera imagen que recordarían al nombrarla en cualquier conversación. Aunque realmente por dentro, en aquella cabeza y en aquel corazón había una mujer mucho más hermosa, pero no era consciente de ello.
El aunque fuese más joven que ella, también se preocupaba por su aspecto exterior, siempre iba perfectamente vestido. Pero lo que más le preocupaba no era causar buena impresión en la gente que lo conocía por primera vez. El era reservado, introvertido, vergonzoso y le costaba mucho mostrarse tal como realmente era. Siempre le preocupaba demasiado lo que pensarían las personas de él. Con quien se relacionaba, con quien salía, y sus comportamientos cara a la galería eran siempre las de hacer un papel que no se correspondía en absoluto con su forma de pensar.
Él por fin decidió acercarse a ella para proponerle una cena, ella estaba deseando que le ofreciera aquella cena pero en primer instante lo que salió de su boca fue un NO rotundo. Ella estaba comprometida con otra persona y aunque deseaba con toda su alma irse con él y abandonar todo lo que estaba alrededor de su vida, simplemente no debía hacerlo. Él en principio se quedó helado pero no cejó en su empeño hasta que consiguiera que aceptara la invitación.
Cuando ella aceptó la primera invitación a cenar, se confirmó lo que ambos sentían en su interior (o eso pensaban al unísono), se desató entonces un huracán de sentimientos, pasión, sexo, caricias y palabras que no habían dicho jamas a ninguna otra persona. Entonces ella se dio cuenta que con la persona que había compartido media vida, no le había ofrecido nunca tanto amor y dedicación como él. Y decidió abandonarlo todo, no por haber encontrado un nuevo amor, sino porque había encontrado la soledad y el desamor que ella presentía desde hacia años.
Hubieron muchos encuentros entre ambos y en ninguno de ellos ocurrió nada que les hiciera pensar que no estaban hechos el uno para el otro. Pero desgraciadamente la felicidad de ambos duraría poco, no sería por ellos, sino de nuevo por los prejuicios, del que dirán, de que los señalaran al pasear juntos. Todo ello desencadenó en ella una terrible enfermedad llamada locura. La gente se daba cuenta de que ella cada día estaba peor, mas delgada y con sus ojeras marcadas de por vida como un tatuaje.
La historia de ambos, tuvo que acabar por circunstancias de la vida pero ella sigue yendo a buscarlo el mismo día que se veían, al mismo sitio. Allí esperaba que él apareciera mientras escuchaba el sonido de las olas golpear contra las rocas. La gente la miraba y decían en su interior.."mira ahí está de nuevo la loca solitaria", "sigue viniendo el mismo día de cada semana" , " ¿a quién esperara?". Así semana tras semana, fueron pasando los meses y los años, hasta que un día su locura pudo con ella y allí mismo decidió acabar con su sufrimiento por ese amor que no podría tener nunca.
Las gentes que visitan el lugar, dicen que algún que otro jueves les ha parecido verla sentada en aquella roca y mirando al mar por si su amor decide regresar...
Hanna.
El aunque fuese más joven que ella, también se preocupaba por su aspecto exterior, siempre iba perfectamente vestido. Pero lo que más le preocupaba no era causar buena impresión en la gente que lo conocía por primera vez. El era reservado, introvertido, vergonzoso y le costaba mucho mostrarse tal como realmente era. Siempre le preocupaba demasiado lo que pensarían las personas de él. Con quien se relacionaba, con quien salía, y sus comportamientos cara a la galería eran siempre las de hacer un papel que no se correspondía en absoluto con su forma de pensar.
Él por fin decidió acercarse a ella para proponerle una cena, ella estaba deseando que le ofreciera aquella cena pero en primer instante lo que salió de su boca fue un NO rotundo. Ella estaba comprometida con otra persona y aunque deseaba con toda su alma irse con él y abandonar todo lo que estaba alrededor de su vida, simplemente no debía hacerlo. Él en principio se quedó helado pero no cejó en su empeño hasta que consiguiera que aceptara la invitación.
Cuando ella aceptó la primera invitación a cenar, se confirmó lo que ambos sentían en su interior (o eso pensaban al unísono), se desató entonces un huracán de sentimientos, pasión, sexo, caricias y palabras que no habían dicho jamas a ninguna otra persona. Entonces ella se dio cuenta que con la persona que había compartido media vida, no le había ofrecido nunca tanto amor y dedicación como él. Y decidió abandonarlo todo, no por haber encontrado un nuevo amor, sino porque había encontrado la soledad y el desamor que ella presentía desde hacia años.
Hubieron muchos encuentros entre ambos y en ninguno de ellos ocurrió nada que les hiciera pensar que no estaban hechos el uno para el otro. Pero desgraciadamente la felicidad de ambos duraría poco, no sería por ellos, sino de nuevo por los prejuicios, del que dirán, de que los señalaran al pasear juntos. Todo ello desencadenó en ella una terrible enfermedad llamada locura. La gente se daba cuenta de que ella cada día estaba peor, mas delgada y con sus ojeras marcadas de por vida como un tatuaje.
La historia de ambos, tuvo que acabar por circunstancias de la vida pero ella sigue yendo a buscarlo el mismo día que se veían, al mismo sitio. Allí esperaba que él apareciera mientras escuchaba el sonido de las olas golpear contra las rocas. La gente la miraba y decían en su interior.."mira ahí está de nuevo la loca solitaria", "sigue viniendo el mismo día de cada semana" , " ¿a quién esperara?". Así semana tras semana, fueron pasando los meses y los años, hasta que un día su locura pudo con ella y allí mismo decidió acabar con su sufrimiento por ese amor que no podría tener nunca.
Las gentes que visitan el lugar, dicen que algún que otro jueves les ha parecido verla sentada en aquella roca y mirando al mar por si su amor decide regresar...
Hanna.
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