miércoles, 22 de junio de 2011

Hanna

En aquellos lares la temperatura no subía de los 20º bajo cero, debía ir bien abrigada. Cada mañana salir al exterior se convertía en todo un ritual. La primera capa protegía su delicada piel con ropa de pura lana virgen completamente pegada a su cuerpo. Aquel cuerpo era delgado, pero su musculatura se marcaba con una precisión que parecia estar dibujada.
A continuación, se colocaba los pantalones, botas, jersey y chaqueta. Todas estas prendas eran de piel de oso, la mas caliente suave y flexible para poder desenvolverse por aquel hábitat. El gorro con orejeras le tapaba hasta la mismísima linea de las cejas, apenas se asomaba de ella sus delicados ojos azules tan claros que casi que parecían transparentes, y algún mechón de su albina cabellera.

Era solitaria, aunque tampoco había demasiadas personas con las que relacionarse. Su aspecto frágil y delicado le hacía parecer de cristal, pero en su interior había una persona fuerte y con una valentía superior a lo habitual en una mujer. De nombre Hanna...le habían puesto ese nombre por que estaba destinada a ser fuerte, con gracia y compasión. Hanna, delicada pero fuerte...Hanna, compasiva con sus enemigos...Hanna, la chica frágil pero sin miedo a romperse.

El deshielo, llegó antes de lo esperado. A todos los habitantes les pilló casi por sorpresa. Las especies glaciares ya lo habían detectado y habían comenzado a prepararse. Hanna, que era una chica observadora se dio cuenta de aquello y al igual que los animales siguió su instinto y lo tenia todo organizado. Entonces, se escuchó un rugido que provenía de las montañas. De repente, silencio y un brisa helada que traspasaba el pecho y producía un dolor horrible. La montaña empezó a escupir su nieve y hielo como si tuviese una gran indigestión. Arrasaba todo lo que se le ponía delante haciéndolo picadillo. Hanna, comenzó su huida para no ser devorada por la montaña y su capricho de deshacerse antes de tiempo de su manto de nieve. Sus delgadas y fuertes piernas, atravesaron el bosque con una rapidez asombrosa. Los pocos animales que quedaban se limitaban a seguirla con la lengua fuera. Observó una cría de oso polar de pocos días, que estaba junto al cadáver de su madre que había sido aplastada por una mezcla de ramas, arboles y nieve...Hanna, retrocedió y con un gran esfuerzo logró sacar a la cría de aquel amasijo cruel de la naturaleza....la llevó consigo hasta que pudo ponerla a salvo.
Entonces ocurrió, el tiempo que había perdido con aquel pequeño osezno la hizo despistarse de su objetivo...salir cuanto antes de la voraz montaña....
La montaña y la caprichosa naturaleza, habían ganado la batalla...espero que disfrutes de la victoria y no esperes revancha, ya que tu contrincante falleció en el intento...su corazón ha dejado de latir....
Hanna



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