jueves, 17 de julio de 2014

Tu olor




Llego como siempre acelerada. Acabo de despertarme de una siesta de esas que hacen historia y que no siempre me puedo permitir. Llevo varios días de maratón sin apenas dormir y físicamente destrozada. Pero a lo que iba, llego acelerada porque llego tarde como casi siempre. Al abrir la puerta no veo apenas quien esta en el interior. Está todo ligeramente en penumbra y el sol del exterior es tan intenso que al entrar me quedo prácticamente ciega por segundos. Te veo al fondo de la sala, hablando con alguien e intentó pasar desapercibida. Al pasar junto a ti me llegan aromas de deseo, de ganas, de comerme el mundo, de sencillez complicada, de quererte más..una mezcla aromática de las que patentaría porque sería todo un éxito en el mercado de los perfumes para féminas. Por un momento pienso que si pudiera patentarlo tendría dudas de si sería capaz, ya que hasta el olor que me transmites lo quiero solo para mi.
Os imagináis tener un olor que sólo pudierais percibir vosotros? Y no hablo de ponerles pinzas a los transeúntes o de encerrarte en una habitación con ese único olor penetrando en tu pituitaria. No, no! Es algo más intenso. Es un olor que está hecho sólo para uno mismo. Sólo se puede apreciar con la combinación de nariz, pituitaria, deseo, piel y miradas encajadas....la simbiosis perfecta! Ahí, justo en ese momento de conexión, es donde percibes ese olor a feromonas, cítricos y canela. 
Volviendo a lo que me ocupa, paso por tu lado y recibo ese olor único acompañado de una mirada exclusiva. No puedo detenerme porq llego tarde, voy acelerando el paso a medida que nuestras distancias se acortan, llego a tener la sensación de ser una auténtica Geisha, pasos cortos, acelerados, como si los pies estuviesen atados, rápidos pero poco eficaces. 
Me introduzco en una sala contigua a la tuya, y me adelanto a pedir disculpas por mi tardanza. Después de una hora de charla salgo con la intención de volver a olerte como si fuese un animal que va de caza. Sigo el rasto de tu perfume, me lleva al exterior del edificio. Me voy cruzando con gente que pone gestos extraños al verme olisquear por los pasillos. ¡Bendito olor! - voy pensando yo-  Mezcla de inocencia, perversión, seducción y deseo. 
El la calle el olor se dispersa, se difumina y se mezcla con otros olores. Olores a rencores,a estupidez humana, a celos y por que no? A cuernos!!! Si, si. A cuernos! Desconcertada subo en un taxi y no sé como indicarle al taxista la dirección - el taxista me hace la pregunta- dirección? - Calle olor de ese chico que me vuelve loca, por favor. - respondería yo con seguridad. Pero en cambio debo decir - Calle del Consuelo, 5. 
Llego a mi destino y al subir en el ascensor de nuevo percibo tu olor. Una sonrisa se dibuja en mi cara y me siento algo mojada entre mis piernas. La emoción me embriaga pensando que has debido estar en ese ascensor hace poco y salgo de él tropezando torpemente con la guía de las puertas correderas. Caigo de morros y al levantar mi vista encuentro tu mirada. Esa mirada que me vuelve casi tan loca como tu olor. Me recoges y me acompañas a mi apartamento. La pasión es mutua y te dejas llevar por mis labios y mis caricias..estas más rico de lo que hueles! Saborearte no tiene precio. Tu cotización en mi bolsa va subiendo como la espuma! Tus acciones no las vendo! 
Me quedo contigo, con tus valores, con tu olor, con tu sonrisa, con tu mirada y con esa forma tan especial de hacerme sentir mujer...
Hanna



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