lunes, 4 de agosto de 2014

Kinesia



Quiero acercarme a ti sigilosamente, pero en cambio decido hacerlo a bombo y platillo. Es como el tren que roza el límite máximo de velocidad y puede descarrilar en cualquier momento. No puedo controlar esa velocidad, ni ese miedo a descarrilar. Ese miedo a descarrilar que me pone como una moto. Me excita el sentir que hay algo prohibido que avanza a toda velocidad y que ni puedo ni quiero controlar. 



La vida esta llena de expertos que nos dicen como hacer las cosas o como superarlas.
Hay expertos en ayudarnos a superar nuestros miedos. Llegas a sus consultas y te venden la moto diciéndote que te enfrentes a tus miedos para superarlos. ¡Y una mierda! Si te enfrentas a tus miedos lo mismo te gustan. A mi me gustaría saber que clase de vida pueden llevar estos expertos que son capaces de superar sus miedos. Porque si me vendes una moto, es porque sabes llevar una moto, no? Si me vendes un producto para adelgazar es porque tienes un tipazo increíble, no? 



En fin, sigo acercándome a ti haciendo demasiado ruido y a demasiada velocidad, pero, quien puede controlar la velocidad o el ruido de un beso o de una caricia? Hay medidores para ello? 
Una vez cerca de ti, notas mi aliento en tu nuca. Casi llegas a sentir el latido de mi corazón. Te acecho, te inquieto, te hago sudar. Tus ojos dilatados por el momento de tensión dirigen sus pupilas hacia arriba y a la izquierda. Es la posición que adoptan los ojos cuando quieren recuperar un recuerdo. Los ojos buscan en esa zona ( la ceja izquierda) el sabor de ese recuerdo. En el lado izquierdo dicen que encontramos nuestros recuerdos visuales y/o musicales. 



Si justo ahí encuentras todos los recuerdos, a veces mirar a esa ceja debe ser como asomarse a un abismo. Por eso hay gente que hacen limpiezas en la zona de los recuerdos y hay otras que sufren "Diógenes" de recuerdos. Entonces, llamar a sanidad para que limpie tus recuerdos debe ser el comparativo a ir a la esteticiene a depilarte las cejas, no? Duele, enrojece, irrita, pero el resultado puede ser maravilloso! Cejas limpias, despejadas, dibujadas en el rostro indicando la perfección o felicidad de nuestros mejores galas en recuerdos. Aunque, siempre estará la esteticiene torpe o novata que puede dejar tus cejas o recuerdos hechos un asco!!! 



Yo sigo ahí, detrás de ti. Echando el aliento en tu nuca y tu mirando a tu ceja izquierda buscando mi recuerdo. Lo encuentras, no te cuesta demasiado. Te recuerdo a una pieza musical que tiene toques brillantes de agudos y llamadas espectaculares. 
Sonríes, estas tranquilo. Sabes que no corres peligro alguno. Te relajas y te dejas llevar por mi. Yo te beso en la espalda cerca de tu hombro derecho para que tus ojos puedan dirigirse al otro lado. El lado de la mentira. En cambio, tu decides cerrar los ojos y pensar que estas cerca de la precisión de un arquero de disparo certero. Eres elegante hasta para eso!!! 



Y esa elegancia tuya me gusta a rabiar.



Yo acelero como ese tren, tu tienes el freno perfecto para no descarrilar. Aunque podría añadir que también pierdes los papeles en alguna situación. 



Nadie es perfecto, la perfección aburre! 
Kinesia, esa comunicación no verbal que dice tanto de nosotros. Tu kinesia me dice que me acerque a ti, que lo deseas, que te aporto calma, y yo como una buena chica obediente accedo a tus peticiones no verbales.

Hanna








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